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Las familias complejas: decálogo 1

A lo largo de estos años de formación, investigación y análisis me doy cuenta de cuan enfermas están las familias. Las familias son organismos vivos que tienen una estructura, una organización y unas normas muy complejas. Esta complejidad está fundamentada en siglos y siglos de historia programada que pasa de generación en generación. Dentro de esta célula muy compleja, muy enrevesada, se dan miles de mecanismos que se interrelacionan y se entretejen.Son muchos los elementos y variantes que se dan dentro de la familia.

En cualquier caso, las familias tóxicas van estigmatizando poco a poco a sus miembros. Las muy estropeadas tienen una persona (Padre o madre) reina del sistema que organiza, ordena y manipula. También puede haber familias tan desestructuradas, de falta de orden y control en donde reina el caos y la crítica es el elemento imperante por excelencia. La crítica es un tema del que hablaré largo y tendido en futuros artículos.

Este tipo de familias desestructuradas lanzan constantemente mensajes tóxicos y estigmatizables a su hij@ o sus hij@s.

Bad-Family

¡No valéis para nada! ¡Qué inútiles sois! ¡Nunca llegaréis a nada! ¡Qué ropa llevas! ¿Te has mirado al espejo? ¡Con esas pintas no salgas a la calle! ¡Qué van a pensar de tí!.. La crítica es un elemento brutal que poco a poco va anidando en la mente de los niñ@s. Sin duda, cada ser humano es un mundo. De hecho, cada persona es única e irrepetible. No hay nadie más en el mundo como esa persona. Por eso, la manera de recibirlo y de asimilarlo es diversa también. Esto puede dar lugar a un deterioro cognitivo y bloqueo emocional o bien, al desarrollo de enfermedades mentales.

Los mensajes inestables se repiten sin cesar como la gota que va erosionando la piedra,desgastándola lenta y pacientemente. Este tipo de mensajes que perduran en el tiempo son letales fórmulas de generación de frustración, sufrimiento, dolor y llevan a «la indefensión aprendida«qué es: «un tecnicismo que se refiere a la condición de un ser humano o animal que ha «aprendido» a comportarse pasivamente, con la sensación subjetiva de no poder hacer nada y que no responde a pesar de que existen oportunidades de cambiar la situación aversiva, evitando las circunstancias desagradables o mediante la obtención de recompensas positivas» (Seligman,1975). Esta pasividad puede generar bloqueo, inhibición y frustracción.

Esta paralisis se repite en otras situaciones, circunstancias,recuerdos y vivencias y aunque la persona esté fuera del hogar puede seguir repitiendo los patrones aprendidos. No dejes que esto ocurra y empieza a ¡Tomar Conciencia de la situación!.

Stella Castro: Psicóloga

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