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Terapia del trauma: “Guided Imagery and Music (GIM)”

El método Guided Imagery and Music, es decir, Imaginería Guiada y Música es un modelo de Psicoterapia del Trauma y de exploración de la conciencia centrada en programas diseñados específicamente para tal fin.

El descubrimiento de este método se remonta a los años 60, cuando su creadora, la Dra. Helen Lindquist Bonny, con los soldados de guerra traumados por el conflicto del Vietnan descubrió, que tras la aplicación del método, revivían el Trauma y reducían las emociones dolorosas y negativas en torno al malestar asociado al hecho adverso.

Ella exploró y desarrolló el potencial de la música para desbloquear, establecer conexiones emocionales óptimas y promover momentos de expresión y liberación del dolor que llevaron a un mayor autoconocimiento del suceso y a una transformación de los recuerdos angustiantes.

¿Qué es el Trauma?

El trauma es una «herida interna psicológica» que puede ser provocada por muchas situaciones adversas, un accidente de tráfico, un asalto, un abuso y vivencias dolorosas de gaslighting.

El síntoma más típico del TEPT es la re-experimentación de una manera vívida e involuntaria del evento traumático, por ejemplo, a través de flashbacks, sueños persistentes y vívidos, pesadillas, imágenes o sensaciones angustiantes repetitivas, o sensaciones físicas como dolor, sudor, náusea o temblores. Incluso podría ser que se viviera disociado del sufrimiento vivido pero, la memoria corporal de angustia diaria sin causa aparente estuviera presente en el día a día.

¿Qué es el Trastorno de Estrés Postraumático (TEPT)?

El trastorno de estrés postraumático (TEPT) es una afección de salud mental que algunas personas desarrollan tras experimentar o ver algún evento traumático. Este episodio puede poner en peligro la vida, como la guerra, un desastre natural, un accidente automovilístico o una agresión sexual. Pero a veces el evento no es necesariamente peligroso. Por ejemplo, la muerte repentina e inesperada de un ser querido también puede causar TEPT.

¿Qué síntomas se perciben tras un trastorno de estrés postraumático?

Hay cuatro tipos de síntomas de TEPT, pero pueden no ser los mismos para todos. Cada persona experimenta síntomas a su manera. Los tipos son:

  • Volver a experimentar los síntomas (reviviscencia): Algo le recuerda el trauma y siente ese miedo de nuevo. Ejemplos incluyen:
    • Flashbacks: Le hacen sentir como si estuviera pasando por el evento nuevamente
    • Pesadillas
    • Pensamientos aterradores
  • Síntomas de evasión: Intentar evitar situaciones o personas que desencadenan recuerdos del evento traumático. Esto puede hacer que usted:
    • Evite lugares, eventos u objetos que le recuerden la experiencia traumática. Por ejemplo, si tuvo un accidente automovilístico, podría dejar de conducir
    • Evite pensamientos o sentimientos relacionados con el evento traumático. Por ejemplo, puede intentar mantenerse muy ocupado para evitar pensar en lo que sucedió
  • Síntomas de hipervigilancia y reactividad: Estos pueden causar nerviosismo o estar atento al peligro. Incluyen:
    • Sentirse fácilmente sobresaltado
    • Sentirse tenso o «al límite»
    • Tener dificultad para dormir
    • Tener arrebatos de ira
  • Síntomas cognitivos y del estado de ánimo: Consisten en cambios negativos en creencias y sentimientos. Incluyen:
    • Problemas para recordar cosas importantes sobre el evento traumático
    • Pensamientos negativos sobre usted o el mundo
    • Sentir culpa y remordimiento
    • Perder interés en cosas que antes disfrutaba
    • Problemas para concentrarse

Los síntomas generalmente comienzan poco después del acontecimiento traumático. Pero a veces pueden tardar en aparecer meses o años. También pueden ir y venir por muchos años.

Si sus síntomas duran más de cuatro semanas, le causan una gran angustia o interfieren con su vida laboral o personal, es posible que tenga TEPT.

Estos recuerdos tormentosos que no fueron bien procesados continúan portando una gran carga emocional, y eso hace que, a pesar de que haya pasado mucho tiempo, cuando se desencadenan generan síntomas de TEPT, así como otros trastornos posibles.

Cuando los recuerdos son adecuadamente procesados, incluso si en su momento fueron muy angustiantes, la persona los puede recordar sin tener que revivir lo que ocurrió, pues no están emocionalmente activos.

Lo que la terapia GIM proporciona es tratar esos recuerdos desconcertantes y los desencadenantes actuales, y preparar a la persona para sobrellevar de una manera eficaz situaciones similares en el futuro.

Los psicólogos que practican GIM creen que los recuerdos perturbadores se quedan almacenados en el cerebro de una manera aislada, sin conexión con otra información de contexto o de adaptación.

Si bien esta terapia se utiliza para tratar el trauma, también puede ser útil para tratar la depresión, la ansiedad, la adicción, las fobias, los trastornos alimentarios, los trastornos sexuales, bloqueos emocionales, la pérdida de sentido de vida y el desarrollo de la creatividad.

Durante el tratamiento con GIM el paciente logra acceder a esa otra información relacionada, puede establecer nuevas conexiones con esos recuerdos angustiantes y transformarlos.

¿Cuál es su estructura?

1. Establecimiento del Foco

2. Estado de conciencia relajado

3. Programa de Música y liberación

4. Integración o Epílogo

Según Helen L. Bonny el éxito de la técnica conlleva entre otros los siguientes cambios:

• una reducción de los síntomas del trastorno por el trauma,

• un cambio en las creencias asociadas a esos recuerdos.

• potenciar un mejor funcionamiento en la vida cotidiana

Psicóloga y Músicoterapeuta: www.stellacastro.es

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